Vendan sus bienes y dénlos como limosna. Porque lo que atesoramos aquí en la tierra nos pueden robar, o puede ser comido por la polilla. Dónde tengan su tesoro, allí está su corazón.
Es importantísimo no apegarnos a los bienes terrenales, dinero, sexo, etc. , sino aspirar a los futuros.
Adrián Prunotto
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