sábado, 15 de febrero de 2014

El rico y Lázaro

Había un hombre muy rico que vestía de seda y daba siempre espléndidos banquetes, a la puerta de su casa estaba el pobre Lázaro, que tenía muchísimo hambre y hasta los perros le lamían las llagas, y le rogaba insistentemente al rico que le diera algo para comer, aunque sean las sobras que caían de su mesa, pero el hombre rico nunca le dio nada y murió y se fue a un lugar de tormentos, luego falleció Lázaro y se fue al lugar donde estaba Abraham, el hombre rico le suplicaba a Abraham que mandara a Lázaro a que le refresque la lengua pero éste le dijo hay un abismo entre ustedes y nosotros, nadie puede cruzarlo. Entonces el rico le rogó a Abraham que mandara a Lázaro a alertar a sus hermanos para que cambien de vida, y éste le dijo sino escuchan a la Ley y los Profetas, tampoco escucharán a un hombre aparecido de la muerte.
Con esto Jesús nos habla de su eterna Misericordia y de su Justicia, sino amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, no heredaremos el Reino de los Cielos.



Adrián Prunotto

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