domingo, 9 de febrero de 2014

La oveja perdida

Había un pastor que tenía cien ovejas y se le perdió una, entonces dejó las noventa y nueve y se fué trás ella, al encontrarla, agradeció al Señor y festejó junto con los otros pastores. De la misma manera hay fiesta en el Cielo por un solo pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitas convertirse.
Aquí el Señor nos demuestra el inmenso amor que Dios nos tiene, que si nos alejamos nos busca hasta encontrarnos y encima hace fiesta en nuestro honor. Que admirable es el Señor. Bendito y Adorado seas.


Adrián Prunotto

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