No se puede servir a dos amos a Dios y al dinero, o amas a uno y no consideres a otro, o amas al otro y no consideras a ese uno. Hay que amar a Dios o al dinero.
No se pueden reconciliar estas dos partes hay que amar a Dios sobre todas las cosas y al dinero tenerlo en segundo o tercer plano, sino no nos podremos salvar.
Adrián Prunotto
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