Un fariseo invitó a su casa a comer a Jesús, en cuanto Éste entró una mujer prostituta, vino con un perfume carísimo de alabastro y comenzó a derramar el perfume sobre los pies de Jesús y a enjuagarlos con sus cabellos. Los fariseos murmuraban, acaso no se dá cuenta con que clase de mujer está tratando, pero Jesús conociendo sus pensamientos lo llamó a Pedro y le dijo , "dime Simón un prestamista perdonó a dos deudores el primero le debía quinientas monedas y el segundo cincuenta" a quién amó más" y Simón dijo al que le perdonó más. Vete en paz, tus pecados te son perdonados y luego tu fe te ha salvado, vete en Paz.
Qué gran lección nos da Nuestro Señor aquí, que ejemplo maravilloso, amemos sin cansarnos nunca, amemos constantemente a Dios y nuestro prójimo. Amén.
Adrián Prunotto
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