Un día estando Jesús en casa de Pedro, la suegra de éste, estaba en cama con fiebre, Jesús se inclinó sobre ella, la tocó y ella sanó, y se puso a servirlos.
Lo importante de este relato, es que Dios- Jesús, se abaja, se inclina siempre para ayudarnos en todas nuestras necesidades, es un gesto de mucho Amor, nunca nos deja solos, siempre viene a nuestro encuentro cuando lo necesitamos. Gracias Padre, Hijo y Espíritu Santo por tanto amor. Gracias María, porque seguro que muchos gestos de Jesús fueron enseñanza tuya. Amén
Adrián Prunotto
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